martes, 12 de julio de 2011

¿Quién es Jesús según la Biblia? 2º parte.










La Obra de Cristo

1.- Su Primera Venida.











Debido a la caída del hombre, y la maldición del pecado, Dios nos proveyó de un Salvador. Cristo, vino al mundo con objetivos específicos, los cuales son:

a. Jesús vino para dar vida.

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan

10:10.

Jesús vino a darnos vida en todo el sentido de la palabra. No sólo vida en el cielo, sino también aquí en la tierra.

b. Jesús vino para servir.

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” Marcos 10:45.

Jesús, no comenzó su ministerio en la cruz. Inició sirviendo a Dios y a su pueblo, para mostrarnos su amor. Jesús vino para hacer el bien, mostrar consideración, cuidado y respeto no sólo por los hermanos en la fe, sino por todos los que están a nuestro alrededor.

c. Jesús vino para dar un mensaje de salvación y vida nueva.

“El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido” Marcos 1:38.

La predicación del evangelio, es muy importante para que los perdidos se vuelvan a Dios. Jesús predicab

a, sanaba y enseñaba el plan de Dios para los hombres. Jesús mismo es el camino, la verdad y la vida. Nosotros recibimos dirección para predicar a nuestra comunidad, a través de la oración, la Palabra de Dios y del Espíritu Santo.

d. Jesús vino para buscar y salvar lo perdido.

La misión de Jesús es dinámica. No espera a que venga la gente, sino comienza buscándola. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” Lucas 19:10.

Como Sanador, busca a los enfermos, como Pastor busca a sus ovejas, como Padre busca a sus hijos, como Dios

de amor, busca a los pecadores. Él nos busca porque somos suyos. Esta es su misión más importante, ya que su nombre lo recibió porque “él salvaría a su pueblo de sus pecados”.

“Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” Mateo 9:13.

Al igual que Jesús, nosotros debemos ir en busca de aquellos que necesitan a Dios.

e. Jesús vino para cambiarnos.

“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” Juan 12:46.

Todo el que cree en Jesús no puede seguir igual. Dios transforma la vida del hombre. Si está en tinieblas pasa a la luz. Si está abandonado recibe compañía. Si está en pecado recibe perdón. Si está en problemas recibe respuesta. Si está triste recibe consuelo.

Como fue la venida de Jesús.

En el cumplimiento del tiem

po de su venida, y tal como lo anunciaron los profetas del Antiguo Testamento, Cristo nació en un humilde pesebre en la aldea de Belén. Dios se hizo hombre, para alcanzar a la humanidad perdida. El Rey de reyes y Señor de señores, se humilló hasta lo sumo, para rescatar a los que habrían de creer en él, y darles la vida eterna y abundante. Por tanto el Padre le exaltaría también hasta lo sumo, y le dio un Nombre que es sobre todo nombre, y dominio en el cielo y la tierra para siempre.

“Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.


Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.


Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con lo
s hombres!” Lucas 2:6-14.

2.- Su Ministerio terrenal

El profeta Isaías, señala acertadamente acerca del poderoso ministerio de Jesucristo:

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad

a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; A proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar de espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

Reedificarán las ciudades antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones” Isaías 61:1-4.

Estas palabras conciernen a una porción de la lectura que realizó Jesucristo en la sinagoga de Nazaret, en lo que marcó el comienzo de su ministerio público. Estas declaraciones definen su obra, y son referencia de la misión de su Iglesia en la proclamación del Evangelio, e instauración del reino de Dios. Esta profecía incluye diferentes aspectos, tales como:

Predicar: Se refiere espec

íficamente, a la predicación de las Buenas Nuevas de salvación. Las que van acompañadas de sanidad y liberación “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” Mateo 4:23. Jesucristo, nos comisionó a continuar esta obra, sobre la base de su sacrificio en la cruz, su amor por la humanidad, y la unción del Espíritu Santo. Esto es lo que la iglesia primitiva hizo de forma natural .

“predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” Hechos 28:31, y lo que establece la misión de la iglesia de todos los tiempos.

Vendar (Sanar): Existen heridas a causa del pecado. Un inconverso está muerto en delitos y en pecados, lejos de la vida y protección de Dios. Como consecuencia de esto toda su vida es afectada. Tanto espiritual, familiar y físicamente. La falta de perdón y la amargura, producen diversas enfermedades físicas y cad

enas espirituales y emocionales, que solo pueden ser rotas por el poder de Cristo en el proceso de conversión.

“Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda” Juan 5:6-8.

Libertar: Durante su ministerio terrenal, Jesucristo liberó a los presos espirituales, de su encarcelamiento de iniquidad y perdición Isaías 51:14, y a los oprimidos por el diablo “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” Hechos 10:38. Su ministerio continúa, a través de su iglesia, en la liberación de los que están sujetos

a la servidumbre del diablo He. 2:14-15, y de la potestad de las tinieblas Col 1:13. Por lo cual, debemos someternos en sumisión plena a Cristo 2 Co. 10:5.

Consolar: El ministerio de Pablo a los Corintios, nos recuerda que una de las funciones principales de los creyentes es la consolación. En primer lugar, porque Dios es Padre de misericordias, y Dios de toda consolación 2 Co 1:3; Isaías 66: 12-13.

Por lo tanto, al ser consolados por el Señor, debemos consolar a otros con el mismo alivio con que hemos sido sanados. Isaías 40:1-2.

Alegrar: El arrepentimiento y confesión de pecados, la sanidad física, la liberación de espíritus malignos, y la consolación en medio de la tribulación, conllevan mucha alegría y felicidad al cristiano.

Bienaventurado aquel cu

ya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño” Salmo 32:1-2.

Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón” Salmo 32:11.

Reedificar: El profeta Hageo, habla de reedificar la casa de Jehová, es decir reconstruir el templo de Dios. En cuanto a las personas, también deben ser reedificadas, en el fundamento de Cristo, quien es la piedra angular. Para ello se requiere, nacer de nuevo en el Espíritu, y renovar nuestros pensamientos cada día en la Palabra de Dios.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Ro 12:1-2.

Restaurar: El vocablo griego “katarizo”, que se traduce como “restauradle”, se refiere concretamente a la acción de componer huesos rotos, volverlos a su posición correcta, para

que puedan funcionar con normalidad. En el ministerio de restauración, es preciso acompañar a las personas hasta que los sentimientos, pensamientos, acciones, y heridas, sean puestos en su lugar.

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” Gálatas 6:1

“Yo soy el Buen Pastor; el Buen Pastor su vida da por las ovejas” Juan 10:11.

3.- Su Muerte











¿Cómo murió Jesús?, Expertos médicos, y arqueólogos han examinado en detalle la ejecución que Jesucristo voluntariamente soportó. Todos coinciden en que Él sufrió una de las formas más duras y dolorosas de pena capital jamás imaginada por el hombre. He aquí un breve sumario de algunas cosas que sabemos de la historia, la arqueología y la medicina acerca de sus últimas horas...

Jesús tenía el peso del mundo sobre sus hombros. Incluso antes de que la crucifixión empezara Él mostraba claramente síntomas físicos relacionados con un intenso sufrimiento. La

noche antes de la ejecución sus discípulos dicen haber visto a Jesús en " agonía " sobre el Monte de los Olivos. No tan solo no durmió en toda la noche, sino que parece haber estado sudando abundantemente. Tan grande era el sufrimiento que había pequeños vasos sanguíneos que se rompían en sus glándulas sudoríferas y emitían gotas rojas tan grandes que caían al suelo (véase Lucas 22:44). Este síntoma de intenso sufrimiento se llama hematohidrosis.

Jesús estaba físicamente

agotado y en peligro de sufrir un colapso si no recibía líquidos (lo cual aparentemente no sucedió). Este es el hombre al cual los soldados Romanos torturaron.

Tortura y azotes romanos.

Habiendo pasado por manos judías, ahora era el turno de los romanos. Se sabe que los golpes i

nfringidos por los soldados romanos, eran muy sangrientos, dejando heridas por todo el cuerpo. Los romanos diseñaban sus látigos para cortar la carne de los cuerpos de sus víctimas. Estos golpes fueron concebidos para ser dolorosos hasta el extremo. También causaría una concentración de líquido alrededor de sus pulmones. Además, una corona de espinas fue impuesta sobre su cuero cabelludo la cual era capaz de irritar gravemente los nervios más importantes de su cabeza, causando un dolor cada vez más intenso y muy agudo, a medida que las horas pasaban.

En el estado de sufrimiento de Cristo, estos golpes eran suficientes para matarle. Su cuerpo estaba horriblemente magullado, cortado y sangrante. Tras no haber tenido ningún alimento durante muchas horas, y después de haber perdido líquidos por medio de abundantes hemorragias, Jesús estaría gravemente deshidratado. Esta tortura brutal ciertamente le habría llevado a lo que los médicos llaman colapso (shock), y el colapso mata. Además, Jesús fue obligado a cargar con el travesaño de madera sobre el cual moriría. Imagine el efecto de cargar con una carga pesada si usted estuviera en

esa condición.

Crucifixión.

Al ser colgado completamente desnudo ante la multitud, el dolor y el daño causado por la crucifixión fue concebido para ser tan sumamente intenso que uno anhelaría constantemente la muerte, pero podría perdurar días sin ningún desahogo

Según el Dr. Frederick Zugibe, la perforación de nervio medio de las manos por un clavo puede causar un dolor tan increíble que ni siquiera la morfina sería de ayuda, un dolor intenso, ardiente horrible, como relámpagos atravesando el brazo hacia la médula espinal. La ruptura del nervio plantar del pie con un clavo tendría un efecto así mismo horrible. Además, la posición del cuerpo sobre una cruz pensada para hacer extremamente difícil la respiración.

Frederick Farrar describe el efecto torturador pretendido: "Porque de hecho una muerte por cru

cifixión parece incluir todo lo que el dolor y la muerte puedan tener de horrible y espantoso - vértigo, calambres sed, inanición, falta de sueño, fiebre, tétano, vergüenza, publicación de la vergüenza larga duración del tormento, horror de la anticipación, mortificación de las heridas no cuidadas - - todo intensificado hasta el punto en el que puede ser soportado, pero llegando hasta un poco por debajo del punto que daría al sufriente el consuelo de la inconsciencia.

Un médico lo ha llamado "una sinfonía del dolor" producida por cada movimiento, con cada inspiración; incluso un pequeña brisa sobre su piel podría causar un dolor intenso en ese momento.

El examinador médico, Dr. Frederick Zugibe, cree que Cristo murió de un colapso debido a la pérdida de sangre y líquido, más un choque traumático por su heridas, además de una sacudida cardiogénica que causó que el corazón de Cristo sucumbiera.











¿Por qué murió Jesucristo?

Si Cristo no hubiese muerto y resucitado ¿Qué seria de nosotros? ¿Por qué él murió y resucitó? Debemos comprender que: Cristo pagó el precio por nosotros, por esa razón, ahora somos Salvos.

“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno” R

omanos 3:10.

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1.

Cristo pagó lo que nosotros tendríamos que haber pagado “el nos reconcilio consigo mismo en la cruz” 2 Corintios 5:19,

“El vino a buscar y salvar lo que se había perdido” Lucas 19:10.

“Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día” Lucas 24:46.

“Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” Juan 10:17-18.

4.- Resurrección Juan 20:1-10.













La resurrección de Cristo tiene varios significados, alguno de ellos son:

a) Significa que Cristo es todo lo que aseguró ser: el Salvador y Señor, el Hijo de Dios. Romanos 1:4.

b) Que el Padre había aceptado la obra expiatoria de Cristo en la cruz. Ro. 4:25; 1 Co. 15:17. La resurrección es el sello de la aprobación y victoria en la obra salvadora.

c) Significa que habrá una resurrección de los creyentes. 1 Corintios 15:20-23.

d) Hay poder en Dios para la vida y servicio cristiano.

“Aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza, la cual obró en Cristo resucitándole de los muertos...” Efesios 1:19-22.

5.- Su Ascensión.

La ascensión de Jesucristo, aporta las siguientes verdades.

a) Cristo fue exaltado a la derecha de Dios el Padre Efesios. 1:20; Hebreos 10:21; 1 Pedro 3:22. Jesús es la cabeza de la iglesia y tiene dominio sobre todos los principados en el cielo y en la tierra. Él es nuestro intercesor o mediador ante el Padre.

b) Subió al cielo para preparar un lugar para su pueblo. Hebreos. 9:21-24; Juan 14:2.

c) Jesús ascendió para ser nuestro Sumo Sacerdote Divino. Romanos 8:34.

d) Subió al cielo para derramar de su Espíritu sobre la iglesia. Juan 16:7.

La ascensión de Jesucristo es notoriamente uno de los hechos más maravillosos en la vida del Salvador, y su retorno en la segunda venida será revestido de mayor gloria con la que subió a los cielos.

Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís Hechos 2:33.

“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros Romanos 8:34.